Historia

ORIGEN DEL TAE KWON DO:

El TKD se originó, de acuerdo a los estudios realizados, el año 37 A.C., en la Península de Corea.
Durante el siglo I, A.C., la Península Coreana estaba dividida en tres reinos que pugnaban entre sí, por extender sus territorios de influencia. En el norte se extendía el gran Reino de Koguryo, cuya capital de fundación era Kwan Do Sung. Junto a ésta se hallaron tres tumbas conocidas como:
Muyong Chong, Kakchu Chong y Sansil Chong, en dichas tumbas se encontraron murales que representaban la práctica de un arte marcial similar y por lo tanto, considerado antecesor del TKD actual.
         


        
                      
 
 (Murales encontrados en ruinas arqueológicas, tumbas Reales, donde se aprecian posturas de Tae Kwon Do y orígenes de las armas de guerra en casería)
 
La parte sur de la Península, estaba ocupada por dos reinos más pequeños Llamados Paekche, con su capital de fundación Bu Yeo y el Reino o Dinastía de Shil-Ia, con su capital Kyong Yu (esta ciudad histórica aún existe, como patrimonio cultural de la humanidad).


(De izquierda a derecha: Pagoda en ruinas, mapa de los 3 reinos, estatua de guerrero Hwarang-do)
Durante esta dinastía Shil-la (668-935), un grupo para-militar llamado el Hwarang-do o Hwarang Orden de Caballeros Jóvenes se organizó. Este grupo de jóvenes era sometido a un proceso especial de la educación física y cultural en bellas artes. La capacitación en artes marciales era un aspecto muy importante de su educación. Ellos desarrollaron un código ético de conducta y honor que se basaba en la lealtad, respeto y obediencia a sus padres y defensa de su país. Este código también exige coraje en la batalla, tener una muerte justa y digna y evitar la violencia innecesaria. Así nació el Tae Kion. (Nombre antiguo del TKD)
 Hacia el siglo VII D.C., la dinastía Shil-Ia logra la hegemonía Peninsular y esta victoria se logró gracias a la decidida actuación de los guerreros Hwarang-do transformándola en un solo país, al cual se denominó, reino de Koryo.
 
    Cabe destacar que aun hoy en día, la poesía clásica antigua coreana hace mención a estos  nobles guerreros en historias de amor y guerra, y son ejemplo a los jóvenes coreanos de hoy en día.